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Admítelo. Cada trabajador es diferente y no todos asumen sus responsabilidades de la misma manera. De esto están seguros los directores del negocio, que saben que una empresa debe contar con un equipo de trabajo con profesionales de distintos tipos. En este sentido, es habitual que los equipos estén formados por empleados que se complementan con las habilidades y los conocimientos de otros, con lo cual se consigue crear un buen conjunto gracias al aporte individual de cada uno de ellos. La mejor forma de conocer bien que tipo de trabajador eres y de que se den cuenta rápido los reclutadores o superiores es mediante la marca personal, aprende estrategias de marca personal en redes sociales y encuentra trabajos más afines a tu perfil, es tan importante que sepas las distintas modalidades de contratos antes de aceptar un empleo como que sepas que tipo de perfil profesional tienes. Si después de comprobar tus habilidades has visto que tienes madera de emprendedor y encima te parece una idea muy acertada, te descubrimos las mejores ideas para trabajar desde casa sin invertir

Si quieres descubrir qué tipo de trabajador eres de acuerdo a tus habilidades personales y a tu forma de trabajar, no dudes en seguir leyendo este artículo. Además, descubrirás cuáles son las particularidades que te caracterizan y de qué manera reaccionas a todo cuanto tiene que ver con la aceptación de las críticas, al trabajo bajo presión, a la entrega de proyectos, a la organización de las tareas, etc. Otra forma de saber que tipo de trabajador eres es poder optar a los estudios necesarios para conseguir el empleo, tienes la opción por ejemplo de mejorar tu curriculum estudiando un postgrado específico del tipo de trabajo al que quieres optar, cada vez que mejores tus habilidades descubrirás mejor que tipo de trabajador eres. Si te gusta trabajar en equipo y te gustaría codirigir un departamento, te explicamos en nuestro blog las principales pautas para hacerlo bien.

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¿En qué grupo de trabajadores te sientes más identificado? A continuación, te presentamos algunos tipos de trabajadores y sus características principales para que puedas saber a qué clasificación perteneces y qué puedes hacer para mejorar dentro de tu empresa y en tu vida profesional:

El perfeccionista

El trabajador perfeccionista nunca está contento con lo que hace y se caracteriza por establecer metas profesionales a corto y largo plazo demasiado estrictas. Se caracteriza por una sana obsesión por conseguir acabar todas las tareas y mejorar el detalle más pequeño, algo que puede provocarle cuadros de estrés o ansiedad en algunas ocasiones. Que una empresa cuente con trabajadores perfeccionistas resulta positivo, ya que aumentará la efectividad y la eficiencia de su trabajo. Sin embargo, para el empleado puede derivar algunas veces en situaciones frustración ante el más mínimo error, lo cual puede afectar directamente a su autoestima y motivación en el trabajo.

El lento

En general, un trabajador lento no es capaz de acabar sus tareas dentro de los plazos establecidos y, con ello, puede entorpecer el trabajo del resto de sus compañeros. Esta lentitud puede deberse a muchas causas, como por ejemplo, a una mala organización, falta de interés y/o motivación o desconocimiento de cómo hacer bien su trabajo.

El ambicioso

La ambición es precisamente una de las cualidades que buscan las empresas en sus trabajadores potenciales. Sin embargo, el exceso de ambición puede afectar al rendimiento de trabajo desde una perspectiva negativa a la hora de obtener un puesto de trabajo determinado. Por ejemplo, ten en cuenta que de la noche a la mañana no conseguirás un ascenso ni tampoco ser el director de la empresa a corto plazo. Es necesario trabajar cada día, esforzarse y empezar desde abajo, poco a poco.

El desorganizado

Poco metódico y, en consecuencia, poco productivo. Así son los trabajadores desorganizados. Esto se debe generalmente porque pasan demasiado tiempo distraídos, buscando otras cosas y perdiendo el tiempo con tareas que no resultan relevantes. No son capaces de priorizar sus responsabilidades y acaban siempre con el agua al cuello.

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El optimista

Los trabajadores optimistas desprenden buenas vibraciones en la oficina y tratan de esforzarse al máximo en cada proyecto para el que trabajan. Siempre tienen un punto de vista positivo, incluso en las situaciones en las que las cosas no van tan bien como se esperaba.

El pesimista

Al contrario que el optimista, un trabajador pesimista nunca ve la luz al final del túnel. Aunque las cosas empiecen a mejorar, él o ella siempre tendrá un comentario o una actitud tóxica que puede acabar afectando a los demás. Puede pasar porque este trabajador sobrepiensa o no controla sus pensamientos en el trabajo. Es conveniente que aprendamos a tratar con la gente tóxica en el trabajo, ya que esta mala energía puede expandirse por toda la empresa casi sin darnos cuenta.

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El eficiente

Un empleado eficiente sabe muy bien cómo gestionar sus tareas y cómo repartir el tiempo de su jornada laboral para entregar los proyectos cuando corresponde. No importa que tenga mil asuntos entre manos o veinte ventanas abiertas en el ordenador. Siempre sabe trabajar con eficiencia y priorizar sus responsabilidades.

El cotilla

En cualquier oficina nunca falta el trabajador que está más pendiente de la vida de los demás que de la suya propia, por lo que acaba despreocupándose por hacer bien su trabajo. Aunque tenga miles de tareas que acabar, siempre busca un momento para preguntar a sus compañeros cualquier cosa sobre sus vidas privadas y meterse donde no le llaman, aunque sea dentro del horario laboral.

Ahora que ya conoces los más relevantes: ¿y tú? ¿Qué tipo de trabajador piensas que eres?

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