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Unas buenas prácticas profesionales pueden convertirse en la primera oportunidad de acceso al mundo laboral. Los estudiantes y recién titulados, que son plenamente conscientes de esta afirmación, suelen valorar una serie de cuestiones a la hora de escoger sus prácticas en empresas: los conocimientos adquiridos, el ambiente de trabajo, la posibilidad de renovación laboral y, una de las más importantes, la remuneración. ¿Quieres saber cómo conseguir unas prácticas remuneradas? Descubre las claves más útiles.

¿Qué tipo de prácticas son remuneradas?

En la bolsa de prácticas de la Universidad, en los buscadores de empleo, en las ofertas de reinserción laboral… En todas y cada una de las vías que empleamos para solicitar nuestras prácticas en empresa nos encontramos ante dos posibilidades: las prácticas remuneradas y no remuneradas en empresas. Aunque creas que es complicado hallar ofertas de prácticas remuneradas debes saber que, dependiendo de cuál sea tu situación como estudiante o titulado -y, sobre todo, dependiendo de la existencia o ausencia de un convenio de prácticas en empresa– sí puedes optar a una pequeña retribución.

En efecto, los convenios de prácticas estudiantiles suelen conllevar cierta remuneración. Las prácticas curriculares y extracurriculares, que complementan la formación del alumno, pueden contar con una pequeña retribución en concepto de dietas o ayudas al transporte. En cambio, esto no es lo que ocurre con las prácticas no laborales en empresas. Este tipo de práctica, que está orientada a los recién titulados, está considerada como un «periodo de prueba» para adquirir la primera experiencia laboral. Dichas prácticas no suelen tener remuneración puesto que no cuentan con un convenio con la Universidad o centro de estudios.

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