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Tener una buena reputación profesional lo es todo a la hora de trabajar o encontrar un nuevo empleo. ¿Por qué? Porque significa que somos buenos en nuestro trabajo, sabemos trabajar en equipo y, lo más importante de todo, somos respetuosos, educados y accesibles con nuestros compañeros y superiores. Aunque una crisis de reputación laboral es algo que puede solventarse con el tiempo -a no ser que la causa de dicha crisis sea muy grave- a corto plazo nos hará perder muchas oportunidades laborales (incluso nuestro puesto actual). Así pues, ¿qué podemos hacer nosotros para tener una buena reputación en el trabajo? Las respuestas que necesitas, a continuación.

GaudiLab || Shutterstock

¿Cómo tener una buena reputación profesional?

Supera las expectativas de quienes trabajan contigo

Siempre que sea posible, trata de ir un paso más allá de lo que se espera de ti. Por ejemplo, si el plazo máximo para entregar un proyecto es dentro de una semana, entrégalo unos días antes; si solo te han pedido una serie de puntos en el dossier de un trabajo, añade algún extra que pueda resultar de interés (además de los solicitados, por supuesto). Esto no significa hacer horas de más porque sí o quemarte de trabajo para superar unos estándares, pero sí de intentar superar las expectativas de nuestros compañeros y superiores siempre que se pueda. Que trabajar contigo sea sinónimo de éxito y eficacia.

Cumple los plazos estipulados de entrega

Si en algún momento consideras que el plazo marcado para X tarea es insuficiente y necesitas más tiempo para finalizarla, es conveniente que lo digas en el momento -o, al menos, en el menor tiempo posible-. Si no lo dices y no cumples con lo estipulado, corres el riesgo de perder la confianza de tus compañeros de trabajo y superiores y, en consecuencia, que no se puede contar contigo a nivel laboral. Esto no es bueno para tu reputación laboral.

Sé una persona asertiva y da feedbacks constructivos

Lo que digas y lo que opines debes hacerlo con tacto. Tu opinión es valiosa, pero si vas a utilizar para desacreditar a tu compañero de trabajo o señalar únicamente la parte negativa de un proyecto, es mejor que trabajes la asertividad y el saber decir no en el trabajo. Dar tu opinión sin rodeos, con sinceridad y al mismo tiempo con tacto no solo te labrará la reputación de alguien que sabe escuchar y opinar constructivamente sobre el trabajo ajeno, sino también de alguien que está informado, tiene visión de futuro y, sobre todo, sabe de lo que habla.

Quejarse es normal; hacerlo en exceso puede resultar tóxico

El trabajo puede llegar a ser duro y quejarse, siempre que sea de manera puntual y constructiva, es necesario para desahogarnos. Una cosa es esa, y otra bien distinta quejarse constantemente y tener una permanente actitud derrotista. Ambas cosas pueden traducirse en comportamientos propios de una persona tóxica en el trabajo, y eso no es bueno a nivel profesional ni personal. En su lugar, ante un problema o queja siempre puedes pensar en soluciones para paliarla.

Ayuda a tus compañeros de trabajo y muéstrate accesible

Siempre que sea posible -es posible que un día vayas hasta arriba de trabajo y tengas que «ponerte el turbo» para finalizar tus tareas sin poder ayudar a nadie más- has de hacer un esfuerzo adicional para ayudar a tus compañeros. Ya sea porque están desbordados de trabajo, porque se han quedado en blanco en una reunión importante o porque, sencillamente, están pasando por un mal momento personal y eso repercute en su trabajo. Muéstrate accesible y respetuoso con ellos.

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