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Aaay, cuánto nos cuesta a veces saber decir «no» en muchos aspectos de nuestra vida. Lograr hacerlo en el trabajo se trata de una habilidad social que suele venir de personas con una alta autoestima, que cuentan con seguridad y saben marcar límites a los demás. Ya que si siempre vamos diciendo que «sí» a todo puede que se trate de un indicador de ser complacientes y querer quedar bien siempre con los demás. Aprender a decir que no en el trabajo, aunque a priori te parezca que pueda quedar fuera de lugar en ciertos proyectos, compañeros o superiores, te aseguramos que se trata de una práctica que a la larga resulta muy beneficiosa.

Ser asertivo en el trabajo

Asertividad: ¿por qué es importante saber decir «no» en el trabajo?

Tener la capacidad de saber decir que no en el trabajo conlleva una serie de beneficios muy a tener en cuenta, que tienen mucho mayor peso que pensar que podemos sonar bordes o pueden llegar a cogernos manía en el trabajo.

Como hemos dicho, una de las mayores ventajas de saber decir que no en el trabajo es trabajar nuestra propia autoestima como trabajadores y dar una imagen de confianza. Una persona que dice que no es una persona que tiene los límites claros y que valora su tiempo.

Y justo, saber decir que no, sobre todo en el trabajo, es valorar nuestro tiempo. Te aseguramos que decir que no hará que aproveches más tu tiempo puesto que no tendrás una agenda diaria llena de tareas a las que no puedes prestar toda la atención necesaria pero has accedido a hacerlas por compromiso. Esto acaba siempre en una redundancia de trabajos mal realizados. Por lo que hay que ser consciente de que, a veces, diciendo a todo que sí no estamos haciendo ningún favor ni a nosotros mismos ni a la empresa. Recuerda que si estás trabajando en ese puesto de trabajo es porque ya has demostrado tu valía y tus habilidades, por lo que no le debes nada a nadie que no puedas realizar y, sobre todo, si no tienes tiempo de poder realizarlo en condiciones. Además, si los compañeros de trabajo ya te conocen desde hace tiempo un simple «no» no va a hacer que cambie la opinión que ya tenían de ti.

Obviamente, no estamos diciendo que de conviertas en un escaqueador profesional, que huye de las tareas, sino que seas asertivo/a y sepas cuando puedes decir que sí y cuando no. Recuerda que para ser asertivo debes exponer la situación y las razones con claridad, demuestra que tienes otras cosas que hacer y que debes priorizar las tareas. Huye de las excusas y se claro/a. Te recomendamos que siempre que estés en una de estas situaciones trates de hablar de tu situación en persona, puesto que los medios on-line suelen derivar en malentendindos.

Te aseguramos que se nota mucho cuando alguien dice que no a una tarea porque no tiene ganas de hacerla y pone una excusa y cuando alguien realmente no puede realizarla en buenas condiciones. Para esto último debes explicar tus responsabilidades y plantear alternativas.

Sabemos que no es fácil saber decir que no en el trabajo pero se trata algo que a la larga, en el ámbito laboral, se trata de una gran clave para lograr realizar el trabajo de la mejor forma posible y que seas feliz realizándolo, sin saturaciones y cargas de trabajo excesivas.

Por otro lado, a parte de las razones ya mencionadas, existen otras razones por las que deberías aprender a decir que no en el trabajo.

Evitar la manipulación

Normalmente, al realizar una tarea que no queremos nos solemos sentir manipulados, y tendemos a pensar que se están aprovechando de nosotros. Además, imagina si en el trabajo te has ganado la fama de decir a todo que sí y todos van en busca de tu ayuda. Lo ves, ¿no? A la larga esta situación acabaría tornándose en algo desagradable, y te aseguramos de que terminarías quemándote y quizás generando cierto resentimiento hacia tus compañeros/as de trabajo.

Potenciar la seguridad

Como hemos dicho antes, saber decir que no es trabajar la seguridad. Decir que no puede llegar a ser algo realmente liberador, que, además trabajará tu autoestima. Permite desarrollar la confianza en nosotros mismos y permite tomar nuestras propias decisiones.

Evitar la implicación

Decir a todo que sí puede terminar poniéndote en situaciones en las que no te encuentres nada cómodo/a, que vayan en contra de tus principios, que no se vayan a realizar de una forma con la que estés conforme… Por ello puede terminar crear un malestar emocional elevado y generando una sensación negativa hacia los responsables de ese proyecto o con los compañeros.

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