Globalización. Es un término que nos acompaña desde hace años y hoy en día todos debemos y podemos reconocer que vivimos en un mundo totalmente globalizado.
En un mundo así, en el que culturas distintas se mezclan cada día, queda patente la necesidad y la ventaja de saber idiomas. ¿Cuántas veces hemos oído la frase “Si sabes idiomas encuentras trabajo en cualquier lugar”? O “Para tener trabajo tienes que saber idiomas”.
Destacar lo importante en nuestro currículum
El primer paso cuando intentamos conseguir un trabajo es redactar nuestro currículum. Todos sabemos de qué se trata y qué incluye: datos personales, datos de contacto, nuestra foto, nuestros estudios y nuestra formación profesional.
Sin embargo, una de las dificultades principales a la que nos enfrentamos es dónde colocar cada elemento, cada aptitud o título que tengamos. Esto no es una excepción en el caso de los idiomas, que son un elemento muy importante que debe destacar en nuestro currículum. Además toda esa información debe reflejar nuestras habilidades reales en este campo. Contando con aplicaciones como italki no sólo mantenemos nuestro nivel de idiomas al día pero podemos seguir aprendiendo de manera autodidacta, de manera flexible y con ayuda profesional.
¿Dónde colocar los idiomas?
No hay una única respuesta correcta, sino que existen varias opciones. Puedes crear un apartado de “aptitudes” e incluirlos entre otros conocimientos de interés para el puesto; puedes incluirlos dentro del apartado de “estudios”; o puedes crear un apartado propio de “idiomas” que, seguramente, llame más la atención del lector. Ante la duda, existe la posibilidad de apoyarte en alguna plantilla para la realización de tu currículum, pues todos los apartados ya estarán bien diferenciados.
Especificar el nivel de cada idioma
Ahora que tiene claro dónde incluirlos, cabe centrarse en cómo incluirlos. Debes añadir de forma ordenada todos los idiomas que domines, ya sea como una lista o dentro de una tabla y es muy importante especificar el nivel que acreditas de cada uno de ellos.
Hoy en día, existen muchísimos exámenes de acreditación para cualquier idioma, gracias a los cuales se nos otorga un nivel que puede ir desde el más básico (A1) hasta el más elevado (C2). Para un puesto de trabajo, es conveniente especificar el nivel de idioma que nos pertenece y poder demostrarlo con un certificado de nivel obtenido tras estos exámenes. Para ello, es aconsejable utilizar el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas e incluir el título correspondiente, por ejemplo, el Proficiency para el inglés, o el DELF para el francés, que son reconocidos a nivel internacional.
Los idiomas cómo herramienta profesional
Si no cuentas con ningún título, puedes comprobar qué aptitudes se corresponden a cada nivel: si dominas el idioma en situaciones más sencillas, o puedes entenderlo y expresarnos ante cualquier tipo de conversación. Entonces, podrás especificar el nivel que más se acerque a tus habilidades lingüísticas. Para que esto resulte más exhaustivo, puedes especificar un nivel para cada modalidad lingüística (hablado, escrito, leído…).
Cabe destacar que debes siempre tener muy en cuenta el puesto al que vas a presentar tu candidatura. En algunos casos, un nivel básico de un idioma concreto puede ser suficiente para desempeñar las tareas requeridas. Por otra parte, hay ofertas para las cuales puede ser aconsejable excluir alguno de los idiomas que forman parte de tu bagaje lingüístico, si no tienes un nivel adecuado o suficiente para que resulte como un punto a favor en tu currículum.
La acreditación no lo es todo: ¡Recuerda mantener fresco el idioma!
Los idiomas están en continua evolución y, al igual que muchas otras cosas, si no los vas practicando y refrescando de vez en cuando, se te pueden olvidar poco a poco, o puedes acabar utilizando términos obsoletos.
Por ello, es muy importante no conformarse tras conseguir un título y seguir estudiando y practicando todos los aspectos de los idiomas que te interesen, aunque ya los domines muy bien.