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La cuestión salarial acostumbra a ser un tema tabú. Sin embargo, es uno de los aspectos clave en la relación de cualquier trabajador con su empresa y no podemos obviarlo. Por mucho pudor que nos pueda dar, tendremos que aprender a negociar el salario con nuestro empleador. Esta cuestión nos afecta tanto si estamos buscando trabajo y acudimos a una entrevista como si ya estamos trabajando en la propia empresa y optamos a un ascenso o queremos una mejora salarial. Sobre todo, si esta hace tiempo que no se produce. Para realizar una buena negociación salarial es importante pensar en factores como: qué salario sería justo, otros beneficios que la empresa te puede ofrecer, no relacionados con el dinero, qué aportas a la empresa. Una vez que lo tengas en cuenta, debes comunicarlo, pero siempre con el lenguaje apropiado. Vamos a repasar todas esas claves a lo largo del artículo.

Aprende a realizar una buena negociación salarial
fizkes || Shutterstock

¿Qué sueldo sería justo?

Lo primero que deberías preguntarte es a qué salario aspiras. Para ello, es fundamental conocer la escala salarial correspondiente a tu puesto de trabajo. Nos podemos guiar por lo que ofrecen otras empresas a trabajadores con empleos equivalentes al nuestro, ofertas de empleo, etc. A partir de ahí podemos comparar nuestro sueldo actual con el que desearíamos o lo que ofrece la empresa con lo que podemos solicitar. No podemos presentarnos con las manos vacías, hay que ir con una ideal de lo que pretendemos. Y esta cantidad debe estar justificada: seremos realistas y flexibles.

Qué puedes aportar a la organización

Otro de los aspectos clave a la hora de afrontar una negociación salarial, sobre todo si ya trabajas en la empresa, es destacar tu valor para la organización. La razón es simple: la empresa espera un retorno de la inversión en el trabajador, así que deberías poner en valor tu formación y experiencia, todo lo que has ofrecido a la compañía en el pasado. También si negocias para incorporarte a una nueva empresa, puedes aprovechar esta carta para solicitar mejores condiciones salariales de las que se ofrecen.

Haz todas las preguntas necesarias

Es normal que cuando negociamos nuestro sueldo tengamos algo de miedo o nervios. Pero más allá de confiar en nosotros mismos, podemos perder este miedo a base de preguntas. No pierdes nada por preguntar, cuanta más información tengas, más fácil te resultará obtener un resultado positivo en la negociación. También en las entrevistas de trabajo podemos preguntar por este aspecto. No deja de ser una muestra de interés por parte del trabajador sobre lo que le espera.

Hay vida más allá del dinero: salario en especias, salario emocional…

Aparte del salario económico, hay que mirar a los otros tipos de salario que funcionan como complemento al sueldo monetario. Además del sueldo, la oferta puede incluir beneficios no financieros como el seguro médico, formación, horario flexible, bono de transporte, cheque comedor, cheque guardería, fisioterapia en la empresa… Cada vez son más las empresas que optan por este tipo de beneficios para sus trabajadores, siendo una opción para atraer talento y hacer sus ofertas más competitivas.

El lenguaje y las formas

Tan importante es qué decir como la forma en que lo hacemos. Por eso, habrá que cuidar las formas y el lenguaje. La educación y el respeto son innegociables, menos cuando tratamos un tema tan delicado como el de la negociación salarial. Este aspecto cobra especial importancia cuando ambas partes están en posiciones muy alejadas. Tener la cabeza fría y tratar de acercar posturas nos será más útil que las posiciones extremas o la negatividad. Un lenguaje muy agresivo acabará jugando en tu contra.

Formalizar cualquier acuerdo por escrito

Una vez se llegue a un acuerdo, hay que solicitar un acuerdo por escrito para que quede constancia del resultado de la negociación salarial. Sobre todo, cuando incluye mejoras a medio y largo plazo, pues las palabras se las lleva el viento. El acuerdo debe estar firmado tanto por el trabajador como por el representante de la empresa. De este modo, nos aseguramos de que la organización cumple con su compromiso y, si no lo hace, podemos reclamar por ello.

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