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Puede que tu nuevo trabajo no sea lo que esperabas, que no te hagas del todo al lugar, a tus compañeros/as o incluso a tus responsabilidades. Antes de todo, es totalmente normal sentirse un poco así al principio, puesto que se tarda un tiempo en acostumbrarse a un nuevo trabajo. Es por ello que ante todo cabe ser muy observador/a, precavido, tomar aire y hacer un análisis de la situación si esta sensación se mantiene en el tiempo.

Si ha pasado un tiempo de toma de contacto prudente y la sensación de que no te adaptas a tu nuevo trabajo perdura, hay una serie de medidas que puedes tomar al respecto. Desde cambiar tu forma de ver el trabajo, plantearte dejar el trabajo hasta hablar con tus responsables o negociar las condiciones y necesidades. ¡Te las contamos!

adaptarse a un nuevo trabajo

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¿Qué hacer si no te gusta tu trabajo o no es lo que esperabas?

En el momento de comenzar un nuevo trabajo es totalmente normal no comprender su funcionamiento al principio, o incluso que te cueste establecer relaciones con los compañeros/as o supervisores. Según estudios, el tiempo máximo para conseguir adaptarse completamente a un nuevo trabajo es de aproximadamente medio año, unos 6 meses. Pasado este tiempo, si todavía no te sientes a gusto en general con tu trabajo habrá llegado el momento de tomar ciertas acciones al respecto.

A continuación te damos una serie de consejos que te servirán para tomar medidas ante las dificultades en un nuevo trabajo.

Ten siempre en mente que los principios son duros

Los primeros meses en un nuevo trabajo siempre son raros, se trata de un periodo de aterrizaje, de asentarse, de conocer la empresa, sus objetivos, su cultura, establecer lazos con los trabajadores… En definitiva, entender el funcionamiento de la empresa. Y, para ello, se necesita tiempo. Es por ello que es importante mantener las expectativas realistas durante los primeros meses.

No te arrepientas del cambio

El arrepentimiento es un estado de ánimo que puede llegar a consumirnos mucho e incluso a quemarnos en el trabajo. Es por ello que durante los primeros meses también es importante tratar de huir de este pensamiento porque, además, no te permitirá vivir el presente e intentar adaptarte o ver la situación desde otra perspectiva.

En lugar de arrepentirte siempre es mejor pensar en un plan B, que puede ir desde hablar con tus supervisores o hasta elaborar un plan y cambiar de trabajo.

Date un tiempo

Como hemos dicho al principio, el tiempo es la clave. Adaptarse no es un proceso que se consiga del día a la noche por ello es importante que te tomes tu tiempo antes de tomar decisiones irracionales. A menos que te encuentres en una situación altamente insostenible y que te esté afectando emocionalmente no hay razón para dejar tu nuevo trabajo. 

Trata de aunar esfuerzos en entender la empresa, habla con los trabajadores/as, pide consejos… Y si ves que no mejora con el tiempo ya será el momento de tomar otras acciones más drásticas.

Analiza y reporta

Piensa qué es aquello que no te está gustando de tu trabajo, adaptarte a un nuevo empleo lleva tiempo, haz una revisión, un análisis y con esta información en mano habla con tus responsables en búsqueda de una solución. Realízate preguntas cómo: ¿qué es lo que me hace sentir insatisfecho/a? ¿Cómo podría mejorar la situación? ¿Qué es lo que no me gusta realizar? ¿Qué me gustaría estar haciendo?…

Ponte en contacto con tu anterior empresa

¿Volver a tu anterior empresa es una opción? Esto se trata de algo de lo más normal, los trabajadores suelen volver a sus antiguas empresas si han terminado bien con ellas anteriormente. Trata de ponerte en contacto con ellos, explicarles tu situación y ver si existe la posibilidad de volver a trabajar en tu anterior empresa.

Deja tu nuevo trabajo

Esta es la opción más hardcore y hay que tomarla si has llegado al punto en el que sabes que no quieres seguir trabajando allí más. Te recomendamos que notifiques tu decisión de forma adecuada al departamento de recursos humanos, des un feedback adecuado y no cortes los lazos y los puentes con la empresa. Recuerda que siempre es mejor dejar un trabajo de la forma correcta, que nunca se sabe y qué puede que vuelvas a entablar relación con esa empresa en un  futuro.