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Se conoce como contingencia común aquella que impide al trabajador desarrollar su actividad profesional a consecuencia de una enfermedad o un accidente que no tengan su origen en el trabajo. Para cubrir esta situación, en la que la empresa no puede pagar el sueldo al empleado porque este no está trabajando, existe la cotización por contingencias comunes. Esta base de cotización la realizan tanto el empresario como el empleado, y se ve reflejada en la nómina de cada mes, junto al resto de cotizaciones.

¿Qué cubre la cotización por contingencias comunes?

Mediante esta aportación mensual a la Seguridad Social no solo nos protegemos ante posibles accidentes o enfermedades comunes. También se consideran incluidas las siguientes situaciones:

Cuantía de la cotización por contingencias comunes

La cuantía de esta cotización, que será el dinero que nos descontarán cada mes de la nómina, depende de nuestro salario base. Sobre este, se aplica un porcentaje, que en este caso es común para la mayoría de trabajadores: el 4,70 %. Esa será la cantidad que cotizaremos a la Seguridad Social para cubrir posibles accidentes o enfermedades no causadas en el lugar de trabajo.

En el caso de la empresa, el porcentaje varía considerablemente. El empresario debe abonar cada mes a la Seguridad Social el 23,60 % del salario base del trabajador.

Existen algunas excepciones, casos concretos en los que la cotización por contingencias comunes varía o desaparece.

El primer caso es el de los trabajadores contratados de forma temporal, y cuya duración del contrato es inferior a una semana. Aquí, la cotización por parte de la empresa asciende hasta el 36 %. En el caso de los empleados indefinidos que sigan trabajando más allá de la edad de jubilación, no habrá que abonar la cotización por contingencias comunes.

Aquí te mostramos un Ejemplo de cotización por contingencias comunes

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